miércoles, 25 de noviembre de 2009

ENRIQUE ZORRILLA

Ha fallecido el escritor, el diplomático, el legislador, el agroempresario, el bolivariano... podría acumular varios otros rasgos más de su sólida y multifacética personalidad. Anotar, por ejemplo, que es precursor del esquí, aficionado al boxeo, al fútbol y al tango. Quizás lo que sobresale en tan rica biografía es la temprana militancia en el Movimiento Nacional Socialista y la intervención en la epopeya del 5 de septiembre de 1938 que culmina en asesinato masivo de sus pares alzados en armas. Hombre ajeno al autobombo, brilla con luz propia cosechando simpatía por doquier. Cofunda -con Jorge Barría, Tomás Pablo, Felipe Herrera y el infrascrito- el CEDECH. Desde esa trinchera brega por el finiquito pacífico del conflicto del Beagle, apoya a Argentina en Malvinas y respalda el anhelo oceánico de Bolivia. Esa vida tan intensa y creativa la testimonia en autobiografía "La profecía política de Vicente Huidobro". Viaja con Leopoldo Castedo por todo el Nuevo Mundo y filma Amerindia. Facilita innumerables iniciativas académicas y filantrópicas. Simpatizando con sectores del justicialismo se liga con la corriente de opinión conocida como Izquierda Nacional y, en consecuencia, cultiva estrecha amistad con Jorge Abelardo Ramos. Acorde con Bergson "actúa como hombre de pensamiento y piensa como hombre de acción". Hoy el luto acongoja a centenares de sus camaradas no sólo de Chile, sino de varias repúblicas vecinas. Nos deja -junto a una obra impresa, quizás insuficientemente conocida- el recuerdo de hombre entero, la condición de chileno chilenísimo y esa bondad que derramara en cada gesto.

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