viernes, 25 de diciembre de 2009

“ESTE PAIS”

La frase suena a desprecio o desencanto. Encierra "quiebre de motivación de pertenencia". Es un lugar común que manejan "muy priscos" - entre otros- los miembros de la clase política. Parecen príncipes austríacos fastidiados de la ordinariez de una república "sudaca". La "gente linda" del siglo XIX - aquellos trasplantados descritos por Alberto Blest Gana- la difunden. Al regresar de París se sienten desadaptados. No empalman con el terruño atrasado y mestizo. Entonces la pronuncian con desdén. Hoy se usa de "capitán a paje".

Como adversarios del fatalismo juzgamos posible erradicar ese deprimente giro del discurso. A la locución de marras, síntoma de complejo de inferioridad, se debe replicar con beligerancia "Nuestro país”. Quienes nos cuestionen, pues usen la expresión "El país...”, pero luz roja a aquello de "Este país..." No se trata de implementar un complejo de superioridad, sino simplemente de recuperar la normalidad psíquica que pasa por aceptarnos tal cual somos, es decir, hijos de Chile que amén de territorio es patria.

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