miércoles, 17 de noviembre de 2010

ESOS ASESORES EXTRANJEROS


Desde siempre -al menos de 1810 en adelante- se acude a lo foráneo para resolver problemas internos. Entre devanarse el seso buscando una solución propia y la facilidad de copiar lo exótico no nos perdemos. Lo "extranjero" es lo europeo y, por extensión, lo estadounidense. Nadie escapa de ese imitacionismo que, en su semilla, es la pereza y la inseguridad. Ni derecha ni izquierda, ni gobierno u oposición, ni pudientes o indigentes, ni ilustrados o ignorantes... la inercia empuja a moros y cristianos al calco.

La estrategia nipona de "adaptar" y no de "adoptar" se ignora. En economía Pinochet y la Concertación nos tuvieron de rodilla ante Milton Friedman y la Escuela de Chicago. En el XIX se invita como supremo gurú a Juan Gustavo Courcelle Seneuil. Nos intoxica de librecambismo y sus discípulos aniquilan el nacionalismo económico de Balmaceda triunfando en Concón y Placilla.

En pedagogía el plagio es escandaloso. Se menosprecia cualquier enfoque criollo y se remedan modelos escolares europeos mientras desfilan expertos euronorteamericanos divulgando teorías que luego se difunden desde las cátedras como versículos del Corán. ¿Qué tiene de extraño que ahora en La Moneda pontifique sobre un tipo de política mutilada de valores éticos el chamán Guy Sorman? Tal invitación y el respeto atávico por lo exótico es otra manifestación del coloniaje mental que tanto daño genera.

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