jueves, 14 de marzo de 2013

BOLIVIA Y EL MAR



Chávez  produce infinita ira aquí al abogar por el fin del encierro de Bolivia devolviéndole su condición de ribereña del Pacìfico. Hoy se regresa al tema y se recuerda a Conrado Rìos Gallardo, canciller de Carlos Ibàñez. Es artìfice del Tratado de 1929 que reintegra Tacna al Perù y cancela la promesa de plebiscitar la soberanìa de las comarcas anexadas por Chile tras la Guerra del Pacífico. Se le atribuye la paràbola del "candado y la llave" con lo cual Lima y  Santiago quedan comprometidos a "tapiar las aspiración portuaria de La Paz". Este enfoque legitima la doctrina de Torre Tagle en orden a insistir -igual que la cancillería del Mapocho- a que la controversia es bilateral y no trilateral. La diplomacia peruana añade, acorde con lo pactado, sobre Arica hay una cosoberanìa y Chile se ha comprometido a no ceder a un tercero suelo en aquel territorio.

Si Chile -agrega Perù- quiere satisfacer la centenaria solicitud de Palacio Quemado, pues que la cubra con suelo, playa y mar de la II Regiòn. Esto produce alergia en algunos e inquietud en no pocos, pues el paìs pierde continuidad territorial e incluso maritima. Por ese motivo se insiste en  concebir el problema que aflige al país de Evo concibiendo el problema heredado de la  conflagraciòn anglochilena de 1879 sosteniendo que es trilateral. No se trata de cuestionar los Tratados de 1905 y de 1929, sino de buscar una solución tripartita. Ello implica convertir a Arica en un megaenclave que se propone bautizar Puerto O`Higgins. La ingenierìa hoy permite habilitarlo para buque de gran calado, Brasil está interesado en alcanzar el Pacífico para sus exportaciones al Asia y se resolvería el embotellamiento de Bolivia y Paraguay. El àrea estarà desmilitarizada y bajo supervisiòn de la UNASUR y la ONU.

El principio de la trilateralidad pasa por acentuar en la demanda boliviana el   sesgo bolivariano y no confrontacional. Si se insiste en apelar al argumento de la guerra infausta se aglutina a la chilenidad en torno al gobierno de turno sea el derechista Piñera o el "socialista" Lagos. En Perù existe  rencor y desdèn por Bolivia. Entonces, el debate requiere  zafarse de aquel hecho de armas de ayer que ahora continùa generando  prejuicios y tensiones. Sin duda aquello es inmadurez. Los estadistas -por el sitial que ocupan y los medios de que disponen- pueden hacer una labor "deschauvinizante" de mayor efecto que cien catedràticos y que mil pàginas de libros. Ello es importante para pavimentar el camino a fin de que se estudie la viabilidad del megapuerto triestatal que darle  mar a Bolivia y Paraguay así como desarrollo al sur peruano y al norte chileno y luz verde a las exportaciones brasileras.   



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