miércoles, 26 de marzo de 2014

ALLENDE, UP Y FINANZAS

Esa inflación en el ascensor... La manía de Vuskovic
La canonización de Allende impide visualizar los yerros de su gobierno. Su  fracaso se atribuye integramente a la sórdida estrategia de la derecha y a las maniobras de Washington. Es cierto, imposible negarlo. No obstante hay errores propios que, de un modo u otro, generan una grieta entre el régimen y la población. Uno de ellos -por cierto no el único, pero importante- es el financiero. Hacía decenios las Facultades de Economía y de Derecho venían enseñando que la inflación -"sanamente controlada", agregaban algunos catedráticos- era una especie de “óptimo lubricante” de la máquina económica.

Se comentaba -no sin sorna- que las emisiones inorgánicas en el pasado remoto se juzgaban "el estiércol del demonio". En consecuencia, con la teoría que "poco veneno no mata" y además oxigena, comienza Chile a padecer inflación. El fenómeno, durante medio siglo, es parte del paisaje así como la Cordillera de los Andes. Periódicas huelgas se complementaban con elevación de salarios y estos se solventaban con papel moneda. Era un juego equivalente, en el escenario del Parlamento, al vaivén de mayorías y minorías.

Con Allende esa metódica financiera se acentúa. La gestión del ministro Pedro Vuskovic -exfuncionario de CEPAL- no sólo levanta la compuerta, sino la arranca de cuajo. La Casa de Moneda trabaja las 24 horas y la estampida de precios se compensa con alzas siderales de remuneraciones. Al comienzo hay prosperidad increíble... diversos sectores se tornan operativos a plenitud y el comercio se activa. Aumenta el poder adquisitivo. De pronto ya a mediados del 72 la economía se atora. El dinero comienza a sobrar y el mercado se desabastece.
Desabastecimiento se inicia con la sobrecompra y esto por
el exceso de circulante.

La incertidumbre del porvenir inmediato convierte en acaparadores a todos los chilenos. Aparecen las colas y se anuncia la Libreta de Racionamiento. El espiral inflacionario toca techo y al perder importancia el circulante se retrocede al trueque. Ya no era el papel moneda  "el lubricante de la economía", sino "el estiércol del demonio". Emporios y tiendas, farmacias y carnicerías exhiben el letrero "no hay" mientras surge el mercado negro. El descontento se generaliza. Las FFAA esperan la luz verde del Pentágono… Se está al borde del 11.O9.73.



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