miércoles, 26 de marzo de 2014

MARTIN FIERRO

Casi siglo y medio ... y tan lozano como cuando se publica. Sus estrofas adquieren la estatura del  Mio Cid y del "Canto General" . Como puente entre ambos monumentos literarios , "La Araucana". En 1872 se edita aquel cantar de gesta pampero, rioplatense, suramericano y universal. José  Martí -en el XIX- comenta "Se rompen la cabeza nuestros paisanos con La Odisea. No es necesario buscar a Ulises en la Grecia de los arcontes. Está allí en ese texto de Hernández". Hoy con sólo leer sus versos iniciales se estremece el más ilustrado y el más neófito. No es fácil convencer de lo anotado a nuestros docentes de liceos. Continúan con el "Diario" de Ana Frank y "La metamorfosis" de Kafka. Ambas lecturas manifiestan el eurocentrismo delirante.

"Martín Fierro" narra la rebelión del gauchaje contra la alambrada y el latifundio. Es literatura militante. Su autor es hombre de tribuna y barricada, de pluma y sable, de pensamiento y acción. Fierro -gaucho manso y después gaucho matrero- es el Quijote de los campesinos desvalidos. Jinete en veloz pingo vive su ventura, aventura y desventura en ilimitado escenario de la pampa. La obra constituye un compendio de sabiduría rural, un alegato político y una protesta lírica. Al otro lado del Atlántico, motiva el aplauso de Miguel de Unamuno. Estamos ante una maciza obra que es patrimonio del mundo hispánico así como en prosa lo es "Comentarios Reales" del Inca Garcilaso de la Vega Chimpuocllo.

Hernández es nacionalista iberoamericano.    Como tal se opone al genocidio que Brasil, Uruguay y Argentina perpetran contra el Paraguay  (1864-1870).       En ese momento asesora al    caudillo López Jordàn   quien,   en Entre Ríos,        desobedece a la Casa Rosada negándose a marchar          contra la patria de Francisco Solano López.        Equivale al     coronel   Vidaurre que repudia la   Guerra     contra    la                Confederación Perú-Boliviana insurreccionándose contra   Diego Portales   en   la    Quillota de 1837.        Hoy al cerrarse el litigio oceànico peruanochileno    se recuerda   la    estrofa     del "Martín Fierro": "Los hermanos sean unidos/ porque esa es la ley primera,/  tengan   unión   verdadera,  en     cualquier tiempo   que sea,/porque si entre ellos pelean/los devoran los de ajuera".

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