miércoles, 14 de mayo de 2014

EJERCER LA DOCENCIA EN CHILE HOY

Me encuentro en la Linea 2 del Metro con exalumno del Pedagógico de la Universidad de Chile. En ese ámbito trabajé 20 años hasta que la dictadura me excluye. Vale la pena añadir que la democracia no me reintegra.  

En el Metro ese alumno más o menos me relata su experiencia como docente. Condenso la plática y espero no omitir lo sustantivo


El refrán, aun sin el pedigree que da el tiempo, reza así: "Desde La Dehesa no se divisa la pobreza". Parafraseandolo podremos manifestar que desde las oficinas del MINEDUC y desde los cubículos de las Facultades de  Educación, respectivamente, ni expertos ni catedráticos saben lo que son las aulas de la enseñanza básica y media. En suma no conocen lo que es canela ni chocolate con flan.

¿Cuál es esa realidad? Pues, salas polvorientas y "discípulos" desmotivados. Docentes con miedo ante los apoderados y frente a la condición endeble del contrato con el Municipio. Carentes de respaldo institucional no logran imponer el mínimo silencio que permita enseñar la materia. Los celulares ofrecen entretensión y otros escuchan música a través de audífonos. No pocos, conversan. El profesor siente y sabe que está sembrando sobre el asfalto.

El director y/o el sostenedor juzgan básico retener al alumnado. Con matriculados la escuela no se clausura y cada "estudiante" supone dinero de la subvención. Entonces permisividad a destajo. Suelo pasar por un liceo municipal de Talagante y veo siempre "pinguinos" asomados por las ventanas. Me pregunto ¿a que hora se imparten las clases o aquello es un recreo permanente? Los padres "mutis por el foro" lo que les interesa es que los vástagos pasen de curso. 

Este es su testimonio. 

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