miércoles, 17 de agosto de 2016

NEBRIJA Y NUESTRO IDIOMA

No viste uniforme ni ostenta al cinto espada. Usa, en cambio, toga y suele ceñir su testa con birrete. Se alude al profesor Antonio de Nebrija. Hace medio milenio con su obra "Gramática Castellana" confiere definitivo fundamento y normativa rigorista al idioma de Ercilla y Gabriela Mistral. Vale la pena evocarlo en momentos que nuestro siútico  país está hipnótizado con el multilingüismo. Al inglés y otras lenguas europeas se añade el chino mandarín así como dialectos ya a punto de extinguirse propios de etnias autóctonas. Una verdadera Torre de Babel. Mientras tanto el idioma patrio padece deplorable manejo oral y gráfico.

Prof. Nebrija
Madrid -en 1492- pese a la alegría por la capitulación de Granada y por el hallazgo colombino del Nuevo Mundo hay espacio para acoger, al catedrático de Filología de la Universidad de Salamanca. Ese hombre -ajeno a los honores castrenses, a las utopías áureas y a la política palaciega- anhela complementar la prodigiosa expansión de la Hispanidad con un idioma único. Lo juzga indispensable vehículo de fraterna comunicación entre antiguos y bisoños súbditos del Imperio. La geniaL intuición de Isabel la Católica se impone de nuevo. Así Nebrija alcanza -en la esfera de la cultura- sitial perdurable.

En nuestro afán por hablar y escribir correctamente el Castellano no está solitario Andrés Bello. Lo antecede este erudito andaluz consagrado a la docencia y a la investigación en aquella venerable Casa de Estudio. Su fervor patriótico y científico lega a la familia de pueblos hispánicos una sola lengua. En cada momento y en todo sitio corresponde enaltecerlo. Ahora y aquí su obra es una barricada frente a la globalización que sella nuestra  dependencia a la hegemonía del Primer Mundo. El colonialismo que soportamos -sabemos- comienza o se corona con la degradación de lo propio que es lo patrio.

VIGENCIA DE TORNEO PEDAGOGICO DE 1912

Las Facultades de Educación amparan a decenas de siúticos. Se atrincheran en las cátedras de pedagogía. Allí -sin contrapeso- ejercen influjo. Se escucha en esas aulas sólo aludir a teóricos europeos y norteamericanos. Si hasta los 60 el fetiche es John Dewey ahora los chamanes son David Ausubel, David Gagné, Jerome Bruner, Jean Piaget o Lev Vigortski. Los alumnos -en sus tesis- de modo obligado los citan. Eso de "citar" es frecuente en ese medio académico aunque ninguno de los "catedráticos" ni menos los discípulos analizan las obras de tales "eminencias". En el mismo contexto de frenético eurocentrismo desfilan supuestos expertos foráneos recomendando terapias que permitirían superar las patologías de nuestra estructura escolar. 



En tal contexto de eurosiutiquería se registran referencias -obvio, sin haberlos leído- a Platón, Rousseau, Pestalozzi o Montessori. No importa que sean "más antiguos que el hilo negro", pero se salvan porque son europeos. En cambio, proponer el estudio de la polémica criolla de 1912 entre Enrique Molina, Luis Galdames y Francisco A. Encina  en torno al tipo de escuela necesaria para el país es añeja extravagancia. No sólo porque es un torneo antiguo y, por ende, "desfasado", sino también porque es chileno. Lo nacional para los snobs es inferior, ordinario y plebeyo. Por eso las tesis de esos paisanos son ignorados en los Pedagógicos. Son desconocidos para quienes enseñan. Estos entregan sólo contenidos castrados de chilenidad.

Molina defenderá el modelo que hasta hoy sobrevive. Las "humanidades" enciclopédicas cuyo eje está en liceos y colegios. Son esos por los cuales pasa la adolescencia. Podrá variar su composición social y tornarse laxa la disciplina pero siempre es   la  misma. Galdames intentará un sistema que mixtura lo "intelectualista" y lo "tecnológico". Sin embargo, lo novedoso  e innovador es Encina. Quizás ignorándolo se suma a Simón Rodríguez -siglo XIX- y , entre otros, a Manuel Vicente Villarán y Franz Tamayo -siglo XX- exigiendo una educación que acentue lo criollo y al mismo tiempo prepare para el trabajo productor. Por cierto, son ilustres desconocidos en las aulas que preparan al magisterio. Es impostergable el rescate de esa vertiente nacional-desarrollista si se anhela una genuina reforma escolar. 

martes, 16 de agosto de 2016

TEXTO ESCOLAR DE HISTORIA SURAMERICANA

Disponer de un texto escolar de Historia de Suramérica pareciera indispensable. Los existentes son una sumatoria de historias locales o no están calibrados para el aula. Es trascendente "desaprender" una Historia Patria desmembradora. Ha sido, por dos siglos, un surtidor de rencores, revanchismos y altanerías. Su meta apunta a acentuar las diferencias. Se niegan u opacan las congruencias en cuanto al origen y trayectoria de pueblos hermanos que integran un solo bloque sociocultural.

Ese 1810 ha sido funesto, pues al rodearlo de excesivo boato omite las etapas que la preceden. Esa prehistoria indígena y esa protohistoria peninsular no ameritan suficiente estudio. Menos las epopeyas de la exploración. Tampoco esa fase estimada «tenebrosa» y mal llamada «colonia». Los plumarios de la Independencia dan luz verde a la leyenda negra. Difunden una campaña hispanofóbica y, al mismo tiempo, indigenista.

Ello permite asociar Imperio con imperialismo y colonia con colonialismo y tres siglos germinales XVI, XVII y XVIII como una especie de oscura Edad Media. La interpretación falaz de la hispanización engendra complejo de inferioridad. Recuérdese el estereotipo del conquistador genocida, expoliador, aficionado a la holganza y al látigo, progenitor del latifundio y la explotación del hombre por el hombre. 

Amén de despreciarse el legado ibérica se glorifica a Cuactemoc o Lautaro. Sin embargo, brota el desprecio por la indígena. Es un ayuntamiento extraño –en nuestro caso– entre la admiración y la ira. Furia porque el aborigen representaría la pereza, la borrachera y la fealdad. Así el texto tradicional, por omisión o torcida interpretación, deteriora la imagen de la Hispanidad en nuestro suelo. No sólo eso, también lo autóctono es objeto de descalificación racista.

Se restringe eso de «antepasados» sólo a esos pueblos autóctonos olvidado que también lo son aquellos soldados de Carlos V y Felipe II. Los textos escolares y el imaginario de los docentes en los siglos XIX y XX reflejan lo anotado. Al negarse los orígenes vernáculos y africanos se acentúa una pueril convicción blanquista. El mestizaje se enseña sin conferirle su exacto significado y volumen. Aludir a los ancestros es incómodo.

La actual docencia de la Historia Patria reforzada por  efemérides, emblemas, himnos… se usa para generar la denominada “conciencia de patria”. Exhorta a visualizar a los vecinos como extranjeros: enemigos de ayer, de hoy y de siempre. Se subvalora o desconoce el mestizaje, se desprecia las fuentes matrices de la macronacionalidad. A este «guiso» mefistofélico se añade recelo, desprecio y odio al pueblo vecino.

El desafío es elaborar un manual que nos presente tal cual fuimos y somos: una totalidad en que predominan las concordancias y las diferencias son pequeñas. Ya veremos como conseguimos se imponga su uso en las aulas y cómo se funda la asignatura respectiva. Si se exaltan los conflictos se acentúa el aislamiento. Contrariamente, si se exponen las congruencias se redacta un texto que favorece la integración.

lunes, 15 de agosto de 2016

LA ESPADA DE BULNES

No es "espada", sino sable. Su empuñadura, de oro con incrustaciones de diamante, sin duda, una valiosa obra de arte. Es premio que obtiene el general Manuel Bulnes a propósito de la victoria de Yungay   sobre   las tropas del Protector Andrés Santa Cruz.      Con ese entrevero culmina la Guerra de Chile contra la Confederación Perú-Boliviana (1836 a 1837). Nuestra ciudadanía desconoce esa conflagración que urde Diego Portales o la visualiza como un episodio de la Guerra del Pacífico (1879 a 1883).

La dicha reliquia permite comentar que se trata de  recompensa. Se  la entrega el general Agustín Gamarra, líder de los peruanos enemigos del proyecto crucista de integración andina. Ese personaje, proclamado Presidente, también designa a Bulnes como Gran Mariscal de Ancach. La espada hurtada se confunde con otra que, por acuerdo, del Poder Legislativo de Chile,  también se habría obsequiado al vencedor de aquella jornada bélica que se convierte en Presidente de Chile en decenio 1841 a 1851.

lunes, 8 de agosto de 2016

ECOS DEL DESIERTO (youtube,,,)

         https://www.youtube.com/watch?v=WFO5mZ5L2uA

Con este link puedes ver "Ecos del desierto". Es un film en que se puede apreciar la "epopeya" de la Caravana de Muerte. Sabemos, es un cobarde genocidio contra chilenos.

lunes, 1 de agosto de 2016

PORTALES: TRES FACETAS

El mentor de la república pelucona fue convertido en icono por el régimen militar. Ese hecho invita a la nueva generación a desdeñarlo. Sin embargo, el análisis empuja a reflexiones. Da la impresión que hay varios Por­tales. No menos de tres. 

Uno, es quien da consistencia al Estado. Ello no exime a Chile de tensiones y reyertas, pero al menos confiere a las instituciones un grado mayor de solidez si se compara con algunas repúblicas de nues­tra América.

Existen no menos de 3 Portales.
De allí que se prefiera el examen crítico
evitándose tanto la canonización como la
excomunión.
Otra faceta es su temprano avizoramiento del imperialismo norteamericano. Con fino olfato, de modo precursor, ya en 1822, a propósito de la doctrina Monroe, advierte del peligro que involucra la entonces embrionaria expansión yanqui.

El tercer Portales es arquitecto del chilenismo aislacionista que inicia el divorcio del país res­pecto a Suramérica. Exhibe racismo blanquista, fobia a países fraternos, chauvinismo hegemónico. De allí que sea el paladín de la Guerra contra la Confederación  Perú-Boliviana (1835 a 1839).

Ese ensayo integrador, en cambio, obtiene el apoyo -entre otros- de O'Higgins, Freire, Vidaurre... Sopesando estos tres ángulos no pare­ce sensato primero canonizar y ahora excomulgar al personaje. Desde el aula, el texto y la prensa se debe bregar para que se capten matices y se conozca ésta y otras figu­ras de ayer y de hoy en toda su complejidad.